Aunque los costes de adquisición de las baterías de litio-ferro fosfato, o LFP, pueden triplicar el precio de las de Plomo ácido, los ahorros que se obtienen en su uso junto a su rendimiento, seguridad y comodidad compensan rápidamente la inversión inicial. Si bien el coste inicial de las baterías de Litio puede suponer casi el triple de las de Plomo ácido, quintuplican su ahorro en el uso. Son muchos los factores que aconsejan su uso como nos explica Pau Currius de Renobat.
Si bien las baterías de Litio, que utilizan FeP04 (Litio-Fosfato de Hierro) como material catódico, son más estables, seguras y duraderas que otros tipos de baterías, hasta ahora su uso se ha visto restringido por su menor capacidad energética. Sin embargo, debido a su mayor fiabilidad y a que evitan el riesgo de combustión de otros tipos como las de óxido de litio cobalto, resultan una buena opción para aplicaciones críticas en sectores como la aeronáutica, automoción, intralogística, robótica y medicina, donde un fallo puede significar algo mucho más grave que una llamada perdida.
Si las comparamos con las de Plomo ácido, son numerosas las ventajas de las baterías LFP, como la no necesidad de mantenimiento, por lo que bastará unas pequeñas revisiones preventivas para aprovechar al máximo sus ciclos de carga. Además, mantienen al 100% de su potencia y tensión hasta el mismo momento de su descarga, frente a las tradicionales de Pb que por lo general, fluctúan según se les va agotando la energía.
En las baterías LFP, se incorpora un indicador externo de la capacidad de carga restante y de posibles fallos por lo que se puede aprovechar al máximo su energía. De hecho, llegan a trabajar entre 2.000 y 3.000 ciclos al 100% de descarga frente a las baterías de Pb que tienen de 1200 a 1500 ciclos.
Las baterías LFP son también más seguras ya que no explotan ni se incendian con sobrecargas, algo que sí sucede con otros tipos de baterías. Además, se pueden dejar a media carga durante largos períodos de tiempo sin arriesgar la batería o incluso permanecer descargadas largos periodos de tiempo sin perjudicar su vida útil. Por otra parte, su capacidad específica es de 145Ah/kg, lo que supone el doble de la capacidad de energía de las baterías de ácido de plomo de tamaño comparable. Por ello, las baterías de litio son idóneas para los dobles turnos ya que nos ahorramos contar con dobles equipos.
Otra característica de las baterías de Litio es su mayor densidad específica que se sitúa entre 90-130Wh/Kg de energía específica, el triple que las de Pb (de 30-40Wh/Kg) y aproximadamente más del doble que en una batería de Níquel-Cadmio. Además, es excelente para altas descargas, ya que se pueden descargar a una corriente nominal de 10 veces la capacidad de la batería ( por ejemplo una batería de 100 Ah se puede descargar a 1.000 Amperes). Finalmente, remarcar que no contienen ningún contaminante como el Cadmio, plomo, o ácido sulfúrico, por lo que resultan totalmente amigables con el medio ambiente, frente a otros tipos altamente contaminantes.
En el capítulo de las cargas, destaca que las baterías de Litio no tienen efecto memoria, por lo que no es necesario realizar un reciclado cada cierto número de cargas lo que sí ocurre con otro tipo de baterías. Además, presentan muy baja o casi nula auto descarga frente a las de plomo que tienen un 13-20% de auto descarga. También su rapidez es un punto a tener en cuenta, ya que en tan solo 15 minutos se pueden recargar al 90% de su potencia y recarga total en 2-3 h, frente a las de plomo ácido que tardan de 5 a 15h en cargarse al 100% y está completamente contraindicado hacer cargas intermedias. Así, las baterías de litio son muy adecuadas para cargas rápidas de carretillas eléctricas, bicicletas eléctricas, scooter, coches y autobuses eléctricos, herramientas eléctricas como taladros, motores eléctricos, etc.
A todas estas ventajas, se suman un ahorro de carga del 20 al 30%, frente a las de plomo ácido; funcionan sin disminuir su rendimiento en temperaturas de -20ºC a 60ºC, por lo que son idóneas para ambientes fríos, frente a las de plomo que solo pueden trabajar de 0ºC a 55ºC y no sufren el efecto “termal run away”.
Finalmente, remarcar que se pueden instalar en cualquier orientación (de frente, de lado, boca abajo, etc.) y que, además, las vibraciones no les afectan, por lo que no son frágiles como las baterías tradicionales de plomo ácido.
Si consideramos una amortización a cinco años, el gasto de las baterías de Plomo ácido alcanzaría 4.551€/ año, mientras que el gasto de las de Litio sería de 2.106€/. En una comparación, que ha realizado renobat ha considerado factores duros, mixtos y blandos en el uso de ambos tipos de batería con vehículos como las carretillas elevadoras, pero se pueden extrapolar a otros tipos de vehículos eléctricos.
Factores duros
Factores mixtos
Factores blandos
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