"En los últimos años ha habido una valorización de la intralogística, una profesionalización del sector"
Precursor de los almacenes automáticos en España, vinculado a la logística desde los años 80, y tras algo más de una década al frente de AR Raking, Iñaki Arriola ha decidido jubilarse y dar un paso al lado. Desde la publicación Manutención & Almacenaje hemos podido hablar con él sobre su trayectoria, la actualidad del sector de la logística y sus planes futuros.
En la década de los 80 se hablaba mucho del stock 0 y para muchos era curioso hablar de almacenes automáticos. Por aquel entonces, yo trabajaba en Ulma y a través de Daifuku, su partner en Japón, pudimos observar que nos llevaban algunas décadas de ventaja y que había un buen futuro para los almacenes automáticos, tanto en fabricación automatizada cono en distribución automatizada. La intralogística era manual y estaba muy desacoplada respecto al mundo de la producción, que ya estaba en procesos de automatización. Por lo tanto, era obvio que el order fulfillment y otras áreas de la cadena de suministro, aún con sus particularidades dependiendo del sector y del producto, iban o tenían que avanzar hacia la automatización. En Japón y Alemania se estaba apostando fuertemente por la automatización en la intralogística y todo hacía indicar que en otros territorios también ocurriría. En España, se apostó por ello de forma clara y fuertemente.
Es cierto que a partir de los 80 en el sector distribución alimentaria en España, por ejemplo, las grandes firmas habían comenzado a automatizar los procesos de almacenamiento, de preparación de pedidos, etc. a unos niveles más altos que en muchos otros países de Europa, por cierto. Sin embargo, el salto de la automatización ha venido fundamentalmente del e-commerce, que ha revolucionado absolutamente la logística y especialmente la intralogística. El comercio online y el servicio a domicilio han generado unas necesidades exponenciales de mejorar procesos, la mecanización… y en derivada, la automatización. Era bastante evidente que para controlar los costes de la cadena de suministro había que poner el foco en la preparación de pedidos, la visión artificial, la robotización del picking, etc.
Los AMR buscan optimizar y hacer más eficaz y eficiente la preparación de pedidos tanto en fabricación como en distribución fundamentalmente con los pequeños componentes. Esta problemática siempre ha estado ahí, había modelos que preexistían y aunque los AMR que conocemos actualmente han traído consigo más soluciones, no son una revolución más bien una evolución. Son versátiles, flexibles, ampliables…, pero el tipo de inmueble que necesitan es un inmueble muy particular, con unas determinadas alturas y superficie, generalmente de menos altura y más metros en suelo. Otros modelos de preparación de pedidos exigen instalaciones de mayor altura y opciones como mini shuttle o miniload resuelven otras necesidades. Por lo tanto, los AMR no lo resuelven todo. Lo que hay que intentar es modelizar, identificar bien el problema a resolver y encontrar la tecnología más adecuada para cada caso, analizando los pros y los contras para el desarrollo de las inversiones pertinentes.
Un viaje y una aventura muy interesante donde he aprendido mucho. Para mí, que venía de un sector de la ingeniería, la experiencia no ha podido ser más interesante en lo personal y en lo profesional, y supongo que para el colectivo de AR Racking también. Durante estos 10-11 años hemos crecido, somos un referente razonable en los mercados en los que hemos querido trabajar y creo que somos una firma respetable, con una imagen de seriedad y profesionalidad, que es la imagen que siempre hemos querido dar. En definitiva, una bonita aventura.
Creo que uno de los factores que han posibilitado que AR Racking haya llegado hasta aquí ha sido la creencia en el negocio y el recorrido de la empresa por parte de Grupo Arania. El Grupo siempre ha dado cobertura a AR Racking y siempre ha habido una voluntad de desarrollo para un negocio que en principio parecía un commodity, pero que ha demostrado que tiene su campo de juego. Asimismo, la intralogística todavía tiene margen a un mayor desarrollo. En cuanto a mí, creo que estuve en el momento oportuno en el lugar oportuno.
Lo que más valoro es la evolución que ha tenido el sector y, sobre todo, la de los propios profesionales del sector. Si miramos atrás, a la década de los 80 y anteriores, el almacén era ese lugar donde se guardaban cosas ¡y a veces hasta se encontraban! En aquel momento, los profesionales tenían en mayor consideración otros sectores considerados clásicamente más industriales que la logística. En los últimos años ha habido una valorización de la intralogística, una profesionalización del sector, en definitiva. Éramos un sector que de facto era necesario, pero ahora ya es una disciplina que se respeta y que cuya perspectiva industrial se aprecia. Todavía queda camino por recorrer en cuanto a profesionalización, pero creo que ahora sí es un sector atractivo tanto en lo personal como profesional, con muchas opciones de desarrollo.
En lo que se refiere a las relaciones, diría que curiosamente es un sector en el que nos conocemos todos. La verdad es que no tengo más que buenas palabras en general tanto para las personas que han trabajado en empresas competidoras como para los clientes que han aceptado asesoramiento para mejorar sus procesos. Estoy muy satisfecho de las relaciones establecidas y, además, el recorrido que tiene la logística es espectacular.
Pues sí. Tengo muchos libros que leer y releer, y tengo que atender mejor de lo que posiblemente lo haya hecho estos años tanto a mi mujer como a mi familia. Así que ahora viajaré, leeré… y estudiaré en la UNED. Es una buena alternativa para aprender cosas diferentes a las que haya podido aprender durante mi vida como ingeniero, que es al final lo que soy.
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