Además del desarrollo, la reconversión de activos industriales obsoletos representa una vía estratégica para mejorar el ROI
En este contexto, Proequity, firma de consultoría inmologística, analiza las claves que permiten maximizar el retorno de la inversión (ROI) en activos industriales y logísticos, apostando por una estrategia integral que va más allá de la ubicación o el valor de adquisición.
“Estamos entrando en un nuevo ciclo inmologístico donde la clave ya no es construir más, sino construir mejor: activos flexibles, sostenibles y rentables que respondan a un mercado mucho más exigente. Ese es nuestro foco”, señala David Martínez, CEO de Proequity.
La rentabilidad logística actual depende de una combinación de factores: ubicación estratégica, eficiencia operativa, cumplimiento de criterios ESG y diseño adaptado a cada operador. Plataformas bien conectadas con nodos de transporte, infraestructuras modernas, certificaciones ambientales como LEED o BREEAM y un enfoque 'llave en mano' permiten maximizar la ocupación y garantizar ingresos estables a largo plazo.
Esta fórmula se ha impuesto frente a los desarrollos especulativos. Según Proequity, actualmente la mayor parte de los proyectos que asesora responden a esquemas personalizados para el cliente final.
Además del desarrollo, la reconversión de activos industriales obsoletos representa una vía estratégica para mejorar el ROI. Con mejoras en eficiencia energética, automatización o altura libre, estos inmuebles pueden transformarse en espacios de alta rentabilidad con menor riesgo y tiempos de ejecución más reducidos.
También gana protagonismo la logística de última milla, impulsada por el auge del e-commerce. Inmuebles más pequeños y bien ubicados, como microhubs, están generando rentas más elevadas por metro cuadrado, con gran proyección para distribución urbana y almacenamiento exterior.
Proyectos que integran eficiencia energética, movilidad sostenible, reutilización de suelos industriales y zonas verdes generan beneficios no solo para el inversor, sino para el entorno social y medioambiental donde se implantan. Es el nuevo modelo de rentabilidad sostenible que impulsa el sector inmologístico.
Madrid y Barcelona mantienen su liderazgo como polos logísticos, aunque la escasez de suelo ha elevado el interés por mercados secundarios como Zaragoza, Sevilla, Valencia o Málaga, donde los costes de entrada y el potencial de revalorización ofrecen una atractiva relación rentabilidad-riesgo.
También se están desarrollando alianzas estratégicas internacionales, especialmente en países como Polonia, Portugal y Rumanía, donde el efecto nearshoring está impulsando la búsqueda de nuevas ubicaciones logísticas con acceso multimodal y menor presión regulatoria.
“La logística no es solo el presente, sino también el futuro del real estate. En un contexto de demanda estable, digitalización acelerada y mayor exigencia por parte de los usuarios, el activo logístico moderno se perfila como el gran generador de valor para los próximos diez años. Para inversores que sepan identificar los mercados adecuados, integrar criterios ESG y optimizar el ciclo completo de vida del activo, la rentabilidad está asegurada” afirma David Martinez, CEO de Proequity.
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